“Somos una mezcla muy improbable de personas, no lo que esperarías ver en una banda. Por eso, pensamos que Gazpacho, la cual es realmente la sopa más bastarda (con vegetales mezclados, servida fría), era el nombre perfecto para nuestro grupo(...) Con Gazpacho te encuentras con una sorpresa, con algo inesperado, algo fuera de la norma, una contradicción positiva. Sentimos que esto describe muy bien a nuestra banda”
Con estas palabras Thomas Andersen, tecladista, programador y productor de Gazpacho, relata cómo la agrupación acuñó el nombre que los haría conocidos y aclamados en el mundo del rock progresivo y el art rock.
La historia de estos noruegos se remonta a mediados de la década de los noventa, fecha en la cual Jon-Arne Vilbo (guitarra) y Thomas Andersen, ambos amigos de infancia, comenzaron a incursionar en la música como miembros de la banda “Delerium”. Cuando ésta acabó, algunos años de separación demorarían el reencuentro de ambos músicos y su contacto con Jan-Henrik Ohme (voz), sucesos que condujeron a la primera formación de Gazpacho.
Todos los miembros de la banda fueron cercanos al fanclub virtual de Marillion, lo que llevó a Ohme a ser invitado a cantar un tema de esta banda al show “Swap the band” de la primera “Marillion Convention Weekend”. En dicha instancia llevaron consigo un EP llamado Get it While It´s Cold que repartieron gratuitamente, y que comenzó a difundir su música.
En Mayo de 2002 la banda entró a un concurso de canciones en “Make a Star” con su tema Sea of Tranquility y obtuvieron el primer lugar. Posteriormente, lo hicieron de nuevo con Nemo. Esto aumentó la ovación de su EP. A estas alturas, la agrupación contaba ya esporádicamente con el violinista Mikael Krømer, quien más tarde además se convertiría en productor de Gazpacho y se integraría definitivamente como un integrante estable.
En 2003 lanzan su primera placa, Bravo, la cual mezcla temas del EP con nuevas composiciones. Con esta primera incursión logran internacionalizarse y consolidarse como una nueva promesa en los círculos del art rock. La música de Gazpacho comienza a expandirse con su cualidad eminentemente nocturna, de una belleza casi femenina a ratos, cruzada por bellos e inteligentes arreglos y exquisitas texturas que crean atmósferas ricas y diversas. Los temas poderosos y extrovertidos son contados en sus discos, aunque poseen el mismo espíritu pasional, sensible y cuidado, sello identitario de su sonido.
Una gran oportunidad se presenta cuando son invitados a telonear a Marillion en su gira promocional de Marbles. Gracias a ello, muestran su trabajo en más de 11 países, habiendo previamente lanzado su segundo disco, When Earth Lets Go. En este período (2004-2005) Robert Risberget Johansen se une a la formación de la banda como baterista, y Kristian Torp como bajista.
Si con Night (2007) Gazpacho se hace respetar más que nunca por el público progresivo, creo que Tick Tock es una obra que sigue a la perfección los pasos de dicho disco conceptual, haciendo a la banda cada vez más imprescindible. Esta vez, el concepto elegido se basa en las experiencias relatadas por el escritor francés Antoine de Saint Exupéry en su libro Wind, Sand and Stars (1939). En 1935, el escritor y filósofo se encontraba volando junto a André Prévot en un Aeropostále, firma que más tarde evolucionaría en Air France. La incipiente tecnología provocaba accidentes a menudo, y tal fue la suerte de ambos hombres quienes en determinado momento del vuelo se estrellaron en medio del desierto del Sahara y sobrevivieron. Luego de una prolongada peregrinación por el desierto, ambos hombres vencieron a la adversidad y vivieron para contarlo, pero sin duda una experiencia como aquella marcó de manera definitiva el fecundo espíritu de Saint Exupéry, quien desarrolló una serie de ideas y reflexiones filosóficas a partir de las vivencias en el desierto profundo y de la idea de volar. Haciendo una metáfora de la relación del piloto con su avión, nuestro espíritu pareciera volar tan alto como nuestros cuerpos físicos lo permiten, sintiendo una fuerte nostalgia al mirar las estrellas, nuestro verdadero hogar. La idea central podría ser resumida como sigue:
“El viento del espíritu, proveniente de las estrellas, entra a la arena del cuerpo físico y la vida comienza nuevamente. En nuestra esencia más íntima, todos somos viento, arena y estrellas”Hermoso, ¿No? Sin duda, tanto las letras como la música de Tick Tock hacen honor absoluto a dicha belleza. Y creo que conocer previamente un poco de la historia que inspira el disco, añade un gran valor agregado a su escucha, pues cambian las sensaciones, las imágenes, la vivencia que permite la música. Desert Flight es un poderoso y vertiginoso comienzo, emulando la eufórica sensación de volar. Poderosos riffs, versos a mansalva, batería y bajo incansables y teclados exquisitos nos sumergen en el nuevo trabajo de Gazpacho. Casi al final de la composición, Kromer rompe la euforia anunciando con su violín el violento aterrizaje del avión, y así comienza The Walk, la interminable y fatigosa caminata por el desierto y su vastedad.
La parte 1 es de una capacidad introspectiva tremenda, tocando fibras profundas y llevándonos con sus atmósferas a sentirnos realmente en el Sahara, bajo la atenta mirada del cielo estrellado. Ayudan a esta sensación el sonido emulando el silbido del viento, acompañado de guiños a música oriental. Nuevamente Kromer anuncia con su solo de violín un cambio. Comienza la segunda parte de la caminata, esta vez bajo el sol implacable. Cierra los ojos, está a tu alrededor, en todos lados, el ardiente manto de putrefacción. Ohme versa sobre las ganas de morir, de terminar con el suplicio con una certera bala en la cabeza, pero hay algo que impulsa a la vida, a caer y a ponerse de pie nuevamente, porque de todos modos, ¿No tenemos todos nuestro propio camino que seguir?...
Tick Tock va más profundo aún. El sonido del reloj emula el ritmo continuo de las pisadas en el desierto. Es increíble cuan hondo cala este tema…no hay lugar donde esconderse. Escuchas el trueno, el aire es más joven, el motor está frío, pero si tienes suerte, lo escuchas hablar. Está tu alma desnuda expuesta a la soledad del desierto. El tema intercala riffs, solemnes coros, y una diversidad de texturas deliciosa. La segunda parte de Tick Tock sigue la misma fórmula, con algunos momentos más voluptuosos y electrizantes, que se intercalan con pasajes puramente ambientales, casi new age, y en la parte 3 las letras nos hablan de cómo sin darnos cuenta saboteamos nuestra propia vida, cubriéndonos de mentiras y necesidades creadas artificialmente, pero la verdad, la esencia, jamás desaparece, y aunque permanezca sepultada bajo un manto de artificialidad, es una fuerza que gobierna nuestra vida y nuestras decisiones.
Winter is Never cierra el disco como un precioso arrullo luego de una experiencia tan cercana a la muerte como lo es la violencia del alma expuesta bajo la luz inefable de la verdad. Es el regreso a casa, sentir nuevamente las manos del ser amado, pero con una nitidez diferente, viendo su cara bañada por una luz exangüe. Es una sensible manera de demostrar que, para el ser humano en su esencia más íntima, no existe el invierno, pues el espíritu tiende a la belleza, a la creación, al orden y a la luz. Una canción que se aleja lentamente en el horizonte, extendiendo con elegancia sus alas blancas, estremeciéndonos, y haciéndonos agradecer a Gazpacho por una creación como esta, que no necesita de grandes complejidades para tocar las alturas.
Composiciones
1 Desert Flight (7:39)
2 The Walk (13:41)
3 Tick Tock (22:24)
4 Winter Is Never (4:55)
Tiempo Total: 48:39
Formación/ Músicos
- Thomas Andersen / piano & keyboards
- Jon-Arne Vilbo / guitar
- Kristian Torp / bass
- Mikael Kromer / guitar & violin
- Robert R. Johansen / drums
- Jan-Henrik Ohme / vocals
Espero les guste
¡Saludos!