Por fin está en nuestras manos! Hace poco ha aterrizado “Octahedron”, la nueva placa de los Mars Volta, y ha venido para quedarse.

Nuevamente es el pintor surrealista estadounidense Jeff Jordan (http://www.jeffjordanart.com) quien le da vida al artwork de este nuevo trabajo. Con su particular estilo, desde “Amputechture” de 2006 Jordan ha consolidado una imagen para la banda, imagen que con seguridad le queda muy bien, y que es fiel a los delirios y desvaríos de sus sonidos y líricas.

Antes de compartir con ustedes mi experiencia del disco, les adelanto que al escucharlo se encontrarán con algo muy diferente a lo que imaginaban. Por supuesto, a todos quienes nos gusta la banda esperamos que este nuevo álbum se parezca a nuestro disco favorito. Pero no. Estamos frente a un producto único, que difícilmente resiste comparaciones. De eso me di cuenta luego de apreciar varios de sus temas. En fin, los invito a conocerlo!

Todo comienza con “Since We´ve been wrong”, el tan anunciado primer single del disco. Al principio, sólo oímos una nota en el teclado, la cual no hace más que sumergirnos lentamente en el etéreo mundo de Octahedron. Luego se suma una guitarra acústica y la voz de Cedric en un estilo bastante íntimo. Recién en el coro la eléctrica de Omar comienza a entrelazarse con Cedric, y se asoma la decadente psicodelia que le da el sello a la banda, pero con una sobriedad y moderación que sorprenden. Aunque logra aumentar la energía del tema, incluso la posterior intervención de Thomas Pridgen en la batería suena algo tímida, sobre todo si recordamos su estruendoso debut en “The Bedlam in Goliath”.

Cuando ya comienzo a preocuparme, “Teflón” llega a sacarnos del letargo. ¡Sí! Una pequeña inyección de fuerza al disco, aunque la batería para mi gusto sigue sin atreverse. Pero el resto de la banda hace un trabajo impecable, creando un escenario obscuro y profundo como solo ellos saben hacerlo. De todos modos, sigo teniendo esa sensación de que este “Octahedron” no es una debacle de energía como los trabajos anteriores de la banda, sino que todo sonido está perfectamente contenido, moderado y calculado. Veamos que sucede a continuación…

…debo decir que me encanta la hipnótica apertura de”Halo of Nembutals”. De improviso, este frágil velo es roto por la poderosa batería de Pridgen, la cual rápidamente vuelve a comportarse de manera educada, y nuevamente me deja con las ganas de oír todo su potencial. El desarrollo del tema es bastante parejo, sin sorpresas, hasta que en el minuto 4:50 por fin hay signos de desquicio! El piano se descontrola, acompañado de poderosos y graves riffs, y de una batería moderada, pero con presencia. Lo malo es que el delicioso bocado acaba demasiado pronto...en fin, aún queda disco, así que sigamos escuchando pacientemente…

“With twilight as my guide” nos acuna en un lento espiral. Las texturas y arreglos son exquisitos y envolventes, jugando entre la obscuridad y la luz. Aunque el tema no es espectacular, por primera vez en el disco siento que los contornos de este “Octahedron” se difuminan, y que la energía tan fuertemente contenida encuentra una vía de escape en forma de una espesa y delirante nebulosa que se expande lentamente hacia los sentidos...

¡“Cotopaxi”! Por fin se deciden a presionar la válvula de escape! Me aburrí de las comparaciones. Simplemente, me dispongo a disfrutar del quinto álbum de estudio de los Mars Volta, el cual ya a estas alturas ya me comienza a hacer sentido como un todo en sí mismo. Parece que, de a poco, voy comprendiendo la esencia de este nuevo álbum, y comienzo a penetrar en su mundo…