CHARANKU – Charango Progresivo (2008) Folk Progresivo, Chile


Charanku es una agrupación musical que desarrolla su propuesta en base a la sonoridad combinada de tres charangos, guitarra eléctrica, bajo, piano y batería. Su música fusiona elementos provenientes de distintas vertientes, tratando de construir un camino original, producto de la búsqueda y la experimentación. Charanku transita entre el mundo andino del charango y las sonoridades propias de la ciudad moderna, en un juego libre y desprejuiciado que le pone alas a la imaginación.

La historia de Charanku se remonta al año 2001, cuando el coreógrafo Mauricio Barahona le encarga a Ítalo Pedrotti la música para su obra “Fotodanza”. La idea era incluir una pieza musical compuesta para un ensamble de charangos dentro de una estética “delirante”, como la definió el propio coreógrafo. Surge entonces la obra “Cuatro Jinetes”, y con ello la idea de seguir desarrollando este concepto musical.

Este disco fue grabado entre Septiembre de 2007 y Mayo de 2008. Se trata del primer disco en estudio de Charanku, el cual recopila 10 composiciones instrumentales unificadas por una sonoridad en donde el eje principal es el charango. La idea de esta primera producción es comenzar a explorar un territorio nuevo para este instrumento, que siempre se ha asociado a la música andina y folklórica latinoamericana, y que en esta ocasión transita por los caminos del rock. El disco ha sido financiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes del Gobierno de Chile, y es el resultado de un proyecto titulado “Charango Progresivo”, presentado a concurso público en Marzo de 2007. (Extraído de http://www.charanku.cl/)


Charangos ejecutados con elegancia y pulcritud, profundos y extensos solos de bajo, teclados atmosféricos, un exquisito piano (“Vuelo de Pájaros”), una batería mística e hipnótica y, por supuesto, una chispeante guitarra eléctrica (“Sibanak, el ángel errante”) son los ingredientes que dan vida a “Charango progresivo”, refrescante producto chileno que vio la luz en 2008. Esta obra transita entre una delicada melancolía andina (“Reencuentro”) y pasajes muy intensos (“Cuatro Jinetes”), donde todos los instrumentos comulgan alrededor de una erupción impresionante de sonidos. Y es que, aunque el charango es un elemento protagónico, y sorprende la variedad de maneras en que es utilizado, cada instrumento tiene su momento de fulgor, como en toda obra que se precie de llamarse “progresiva”. De verdad agradezco al azar por haber hecho que me encontrara con esta riquísima obra. Sin exagerar, a lo menos experimentarán asombro luego de oírla de principio a fin. ¿Alguna referencia? Sí. Podrían ser Los Jaivas, con la académica pulcritud de Congreso, más una importante dosis de originalidad…y todo lo anterior con el mágico toque del charango!

Listado de Composiciones

Reencuentro
Otoñal
Tonada Triste
Cuatro Jinetes
De Ushuaia a la Quiaca
Vuelo de Pájaros
Sibanak, el ángel errante
Sideral
Ascotán
Amaneceres

Formación/ Músicos

Ítalo Pedrotti (charango, charangón, ronroco, guitarra acústica y percusión)
José Luis Delpiano (charango)
Ítalo Aguilera (guitarra eléctrica)
Patricio Lisboa (guitarra eléctrica, contrabajo y loops)
Felipe Conejero (bajo eléctrico)
Diego Salazar (piano acústico y eléctrico)
Marcelo Arenas (batería).

No olvides pasar por los comentarios

Saludos!


Los Jaivas - El Indio (1975) Folk Progresivo, Chile


Este indispensable trabajo de Los Jaivas fue lanzado en Argentina, en el período en que la banda se encontraba exiliada en dicho país. En ese momento, en Chile reinaba la dictadura, el miedo y la represión. Así, aunque "El Indio" nació lejos de su tierra natal mientras los músicos se empapaban de nuevos paisajes y tradiciones, y aunque el disco se caracteriza por ser un disco alegre y unificador, rescatando ritmos y fuertes sentimientos latinoamericanos, el dolor por el momento histórico que atravesaba Chile inevitablemente se plasmó en la memorable composición "La conquistada".

Contemplando en mi memoria hacia aquel lugar
En el horizonte de mi mente se ha escondido el sol
Como un recuerdo que me llega de su corazón
Ella no existe más...

Ella es una nube que un beso ardiente derritió
Ella no existe más…

Se dice que Eduardo Parra, exiliado en el vecino país, escribió esta letra pensando en la destrucción que vivió la ciudad de Santiago luego de la intervención militar. "Ella no existe más..."...podríamos pensar que la ciudad (y la sociedad) que él recordaba ya nunca sería la misma, que había sido sepultada bajo un mar de terror, escombros, violencia y fuego. La música y la prosa se entrelazan logrando configurar un profundo y doloroso lamento, pero de una fuerza y una complejidad inigualables.

El primer tema es “Pregón para iluminarse”. Esta composición es pura alegría, unidad de conciencias y disolución de fronteras. Expresa el deseo de propagar el amor y la luz por todos los rincones del mundo. Comienza con el gato Alquinta jugando con su flauta, y gradualmente la batería, el charango, piano y la guitarra eléctrica se suman para dar lugar a un bello desarrollo musical. Las letras son realmente hermosas, vale mucho la pena ponerles atención.

Luego, “Guajira cósmica” plasma en sus letras la cosmovisión indígena latinoamericana. Las letras hablan acerca de la relación entre el hombre, la naturaleza y la divinidad. La música posee profundas percusiones, un elegante trabajo del moog y de la flauta, y uno de los mejores desempeños vocales del gato Alquinta en toda su carrera.

Luego viene la profundidad y dolor de “La Conquistada”, tema que con seguridad es mi favorito del disco. Como ya mencioné más arriba, se trata de un complejo lamento, con un ritmo de cueca (baile nacional chileno), pero con un tono muy trágico y dramático (la cueca es un ritmo originalmente muy alegre). La banda plasma sus sentimientos en nostálgicos solos de eléctrica y un piano desesperado. Un precioso y desgarrador ejercicio de desesperada sublimación.



A continuación, “Un mar de Gente” se nos presenta como un himno pletórico de sentimientos de hermandad latinoamericana. Las letras son más poéticas que “Todos Juntos” (de su álbum “La Ventana”), y la música es más profunda y excitante gracias a un rápido charango, frenéticas percusiones, bellos coros y un poderoso ensamble que hace pensar en la existencia de una real multitud detrás de aquel increíble sonido.

“Un día de tus días” es quizá, desde una mirada “progresiva”, el track más débil del álbum. Es menos compleja y más cercana al folk puro, pero es muy alegre y disfrutable también.

Finalmente, “Tarka y Ocarina” es una delicia. Casi 14 minutos de una perfecta mezcla entre el rock y el folk. La composición es todo un viaje a lo largo de sonidos, paisajes e imágenes del norte de Chile. El ritmo de “Diablada” es una versión compleja y única de las diabladas interpretadas por bandas de bronces en la Fiesta de la Tirana, carnaval tradicional que tiene lugar en el pueblo del mismo nombre cada año. Los cambios de ritmo son muy interesantes y bien logrados. En “Trote” y “Kotaiki” Claudio Parra definitivamente brilla en el piano, mostrando pura sensibilidad y belleza.

Muchas palabras podrían ser escritas sobre este disco. No queda más que disfrutarlo y valorarlo.

Listado de Composiciones

1. Pregón Pa' Iluminarse
2. Guajira Cósmica
3. La Conquistada
4. Un Mar De Gente
5. Un Día De Tus Días
6. Tarka Y Ocarina

Formación/Músicos

- Gato Alquinta / Voz, flauta, guitarra acústica y eléctrica
- Mario Mutis / voz, bajo, guitarra eléctrica
- Eduardo Parra / piano eléctrico, mini moog
- Claudio Parra / piano, mini moog
- Gabriel Parra / batería, percusión, voz

No olvides pasar por los comentarios

Saludos!

La reflexiónica bien dieciochérica

Tallado bajo , , Por Usul

Es un fenómeno innegable que la mayoría de los chilenos le dedicamos atención a nuestro folklore y a sus más importantes exponentes solo en el mes de Septiembre, y aún en dicha fecha muchos prefieren hacer justicia a este legado de saber popular mediante el consumo, adquiriendo novedosos tazones para el desayuno con algún “símbolo patrio”, psicodélicas poleras kitsch de Víctor Jara, o costosos discos compilatorios de cuecas almibaradas que se tragan con esfuerzo. Mientras, el resto del año, nos encontramos sumergidos en nuestros pequeños y vertiginosos mundos, proyectándonos con ahínco hacia el futuro, y olvidando sin mayores complicaciones ni cuestionamientos nuestro bagaje cultural, nuestro precedente histórico…nuestro pasado colectivo.

Por supuesto, justifiquémonos, el que sea inocente que arroje la primera piedra. En los tiempos que vivimos, cada paso nos cuesta sudor y lágrimas. Nuestra calidad de vida es bastante precaria: salarios insuficientes, abusos de mercado y una mínima presencia del “Estado de derecho” presto a resguardar los aspectos mínimos de nuestro diario vivir. Esto, sumado a un desarticulado contexto social, un aparataje de medios comunicacionales que basurea la cultura y aletarga la conciencia, y un profundo enfriamiento y artificialidad de las relaciones humanas, nos obliga a adoptar actitudes individualistas, prácticas, orientadas a escalar la pirámide salarial lo más rápido posible y así salvar nuestro pellejo. La vida es corta, y queremos disfrutarla, ¿no? ¿Y cómo hacerlo si no tenemos ni pa´ pagar la cuenta del gas?

De todos modos, he llegado a creer firmemente que en este mundo orientado al desempeño sabe dios con qué objetivos, es imperioso detener el tiempo, respirar, y abrir un espacio que permita validar las intenciones, los sueños, las esencias. Para ello, un buen punto de partida es volver la cabeza y mirar hacia atrás y así reconstruir historias y lenguajes olvidados, a ver si logramos reencantarnos con sueños robados, inconclusos. Uno de ellos es nuestro folklore, el cual está tan manoseado que para muchos ha terminado por carecer absolutamente de sentido, como gran parte de los conceptos y movimientos que nos rodean.

Cuando olvidamos nuestra historia, es como si levantáramos una muralla infranqueable entre cada uno de nosotros y nuestros pasados individuales. Enterrar toda una vida, desconociendo cada motivo, cada intención que nos movió en el pasado, puede llevarnos fácilmente a caer en un irremediable sinsentido. Lo mismo vale para una sociedad que olvida sus orígenes, su historia, los lenguajes que inevitablemente se entrelazan en su interior.

Con esta motivación, y como buen chileno, tomando al “mes patrio” como excusa, he decidido hacer un pequeño homenaje a la Violeta Parra, a la folklorista más importante de Chile, a la mujer más influyente de nuestra historia (que me perdone Cecilia Bolocco), a la campesina que odiaba la vida doméstica, y que con un espíritu enorme y luminoso agarró sus pilchas y recorrió Chile en toda su extensión para rescatar historias, sonidos, lenguajes y cultura popular para preservarla en el tiempo. Esta mujer notable, viva, que se quitó la vida por el desamor y el profundo desaire y desinterés de la sociedad chilena por su trabajo, es el ejemplo más claro de alguien que dedica su vida a construir, crear y unificar. Todo ello gracias a la profunda certeza que se siente cuando se tiene un sueño, cuando se quiere alcanzar un objetivo que trasciende al individuo, y que toca la esfera de lo colectivo y lo humano. Violeta Parra, con su guitarra, a la vez que rescataba valores y códigos populares y los convertía en bastiones de identidad, además fue capaz de denunciar injusticias sociales y de crear conciencia en la escena musical. Posicionó a la expresión artística como una herramienta capaz de crear los lineamientos para una sociedad más justa, y gracias a su obra es que nuestro país posee música folklórica que engloba tanto lo social-crítico como lo identitario.

La Violeta (hay que llamarla así, porque es parte de nosotros) es el antes y el ahora de nuestro folklore y de nuestra historia, es el cauce por donde corre aún algo de flujo vital, y que clama por una lluvia generosa y renovada de atención y continuidad de su legado. Creo que difundir su mensaje en Chile (lugar donde, como es de costumbre, menos se le conoce y valora) significa rehacer lazos entre pasado y presente, y de esta manera, mirar hacia el futuro ya no se vuelve tan insípido, pues cuando los viejos sueños cobran vida en nuestro interior, renovados y lavados por nuestro cuerpo, los propios actos se iluminan, y alcanzar un pedacito de cielo y compartirlo con los demás ya no parece tan imposible.


No hay regimiéntico que los deténguica si tienen hámbrica los populáricos...

top