Grobschnitt fue una banda progresiva alemana que estuvo activa entre 1970 y 1989. Podría decirse sin tapujos que fue una de las agrupaciones más eclécticas y de renombre de su época dentro de la escena musical. Se caracterizaron por su carisma, sentido del humor bizarro (que incorporaban en sus grabaciones y recitales), y por sobre todo, por su espectacular y teatral puesta en escena que podía extenderse más allá de dos horas sin perder una pizca de potencia. En vivo, lo común era presenciar extensas versiones improvisadas que incorporaban variaciones sustanciales a los temas originales, e incluso se daban a conocer cortes totalmente nuevos. En estas grabaciones es posible escuchar la euforia del público ante tamaños espectáculos repletos de pirotecnia, fuerza e histrionismo. Su música es una mixtura de diversos estilos: el progresivo sinfónico (largas suites de corte épico), el psychedelic space (extensos pasajes lisérgicos con teclados atmosféricos y guitarras sensuales y electrizantes) e incluso la obscuridad y densidad del kraut (clima potenciado por sintetizadores y efectos sonoros). Es posible categorizar el sonido de Grobschnitt, y dividirlo en tres etapas. Inicialmente, se inclinan por la psicodelia, lo cual gradualmente cambia hasta mutar a un progresivo sinfónico “light”, limpio y alegre. Posteriormente, en los ochenta, adoptan un sonido mucho más comercial, tal y como sucede con gran parte de las bandas progresivas surgidas en los 70s.


La historia de la banda comienza en 1970, y la mayor parte de sus miembros (Stefan "Wildschwein" Daneliak -voz, guitarra-, Joachim "Eroc" Ehrig - batería, percusiones, efectos electrónicos - y Gerd Otto "Lupo" Kuhn - guitarra, voces) provenían de la banda de rock psicodélico “Crew”. A ellos se les sumaron Axel “Felix” Harlos (batería, percusiones), Hermann “Quecksilber” Quetting (órgano, piano, percusiones) y Bernhard “Bär” Uhlemann (bajo, flauta, percusiones). Los nombres entre comillas constituyen sobrenombres que ellos mismos crearon para sí, en cierto modo para asumir un rol propiamente teatral dentro de la agrupación, lo cual se mantendría en vivo, en estudio y en la relación con el público. Esta es la formación que mantienen en su disco homónimo de 1972 Grobschnitt. Este debut es un tremendo remezón a la escena. Dos bateristas frenéticos tocando al unísono, un guitarrista muy sensual y potente, un vocalista de gran carisma, un teclado lisérgico y estremecedor, percusiones alegres y salvajes, pasajes sinfónicos y numerosos efectos electrónicos son la fórmula. Incluso es posible asociar su música a lo que Santana hace en "Caravanserai", pero en este caso, con un eclecticismo notable y un sonido muy característico que acompañaría a la banda durante toda su etapa progresiva.


Luego de este disco debut, único estilísticamente dentro de la discografía de Grobschnitt, la banda vive la partida de Quecksilber (siendo reemplazado por el mítico Volker “Mist” Kahrs en teclados, quien poseía formación en música clásica) y del baterista Harlos. Así, se convierten en un quinteto, y con dicha formación lanzan su segunda placa “Ballermann” en 1974. Este disco mantiene la combinación de sonidos sinfónicos con elementos del space rock, fórmula utilizada en su debut homónimo del 72, pero Ballermann es decisivo para la historia de la banda, pues en él se encuentra su composición más conocida y sobresaliente: Solar Music, la cual por sí sola ya obliga a cualquier fan del progresivo a tener este lanzamiento entre sus álbumes de cabecera.

Sahara es el primer tema, donde un coro satírico sirve de antesala para 5 minutos de un viaje épico y solemne. Luego, Nickel Odeon es uno de los puntos más altos del disco, con un tono melancólico, una atmósfera muy espacial, y un vocalista muy inspirado. Los cambios de ritmo son muy interesantes, y los largos pasajes instrumentales dejarán satisfechos a los más exigentes. Drummer´s Dream es mucho más light, con melodías cálidas y placenteras que se alternan con momentos más frenéticos. Morning Sun es similar a la anterior, pero algo más compleja y con más momentos acelerados. Las voces satíricas de “Sahara” reaparecen al final de la composición. Magic Train comienza con un hermoso y extenso solo de piano, que es seguido de un alucinante y frenético viaje, con un sobresaliente desempeño de la batería y de la voz de Wildschwein. La composición tiene cierto parecido con el sonido del Genesis de la era Gabriel, realmente suena muy bien. Ya al final, la maravilla viene con Solar Music, una composición de 33 minutos dividida en dos partes que es el ícono de toda la carrera de la banda. Esta suite fue posteriormente ejecutada en vivo por el grupo en numerosas ocasiones, con un gran despliegue escénico lleno de efectos y teatralidad. Nunca una interpretación era igual a la otra, siempre creaban nuevas improvisaciones sobre la estructura base, llegando a lanzar más de doce discos de registros en vivo de dicha suite, algunos de los cuales duraban casi una hora. Es una composición desbordante de psicodelia, realmente sublime, con ambientes sobrecogedores que mantienen la atención en su punto más alto. Es toda una odisea espacial, ácida, apasionada y vertiginosa, con algunos momentos que rayan el delirio.


En 1975, Bernhard “Bär” Uhlemann es reemplazado por Wolfgang "Popo" Jäger en el bajo, y con esta nueva formación la banda lanza el disco “Jumbo”. Este tercer lanzamiento tiene la peculiaridad de haber sido grabado en dos versiones, seguramente para poder ampliar su mercado: la versión en alemán (que a veces suena con más fuerza que su par) y la versión inglesa. Existe una versión remasterizada que incluye ambas versiones.

Al escuchar "Jumbo", es notorio como la banda, desde este disco, se aleja paulatimanente del Space Rock y el Kraut, para sonar cada vez más sinfónicos y limpios. A diferencia de su disco anterior "Ballermann", donde Grobschnitt da rienda suelta a la psicodelia con su monumental "Solar Music", esta vez los pasajes delirantes y obscuros se minimizan, dando paso a un sonido muy cercano a Yes y Camel, manteniendo sin embargo el sonido característico de la banda. Siguen presentes las voces graves y de fuerte acento y la irreverencia, pero la batería se vuelve mucho más correcta, la guitarra y el teclado limpian sus sonidos, y en definitiva, la propuesta se vuelve cada vez más sinfónica y luminosa, cercana a la escena inglesa de la época, pero sin perder identidad.


En 1977 ve la luz “Rockpommel´s land”, el primer disco de la banda que logró un alto éxito comercial. El concepto de este cuarto lanzamiento trata sobre el escape de un niño llamado Ernie a su propio mundo imaginario, donde es acompañado por una criatura alada llamada Maraboo. Por muy inocente y simple que esto pueda parecer, la banda continúa siendo irreverente y se toma dicho concepto no muy en serio, lo cual puede ser comprobado ya con solo mirar la portada (hecha por el artista alemán Heinz Dofflein). Pero la música, por supuesto, sí que es construida con seriedad y pulcritud, lo que no impide sentir en todo momento un sutil dejo de ironía a lo largo de “Rockpommel´s land”.

En este disco, la banda definitivamente se abandera por un sonido sinfónico limpio y brillante, muy cercano a Camel y Yes, e incluso a la etapa sinfónica de sus coterráneos de Hoelderlin. Podrían, por esto, ser criticados y llamados poco originales, pero personalmente en esta etapa de Grobschnitt sigo sintiendo ese estilo distintivo que les da identidad. Las composiciones son muy ordenadas y agradables, con el acostumbrado histrionismo de Wildschwein en la voz, pero en general el sonido es mucho más maduro y concienzudamente refinado que en sus álbumes anteriores, los cuales son mucho más salvajes y potentes. En general, podemos encontrar unos arreglos increíblemente precisos y memorables a cargo de teclados, mellotrón y sintetizadores. La guitarra crea unas progresiones claras y limpias, la batería define ritmos con ordenadas ejecuciones, y en general, estamos ante un disco bastante parejo, placentero, que he llegado a comparar algunas veces (osadamemte) con el sentimiento que provoca el post rock, pero con la marca personal de Grobschnitt.

Luego de la aventura de Ernie, el público esperaba un disco similar como quinto disco de la banda. Pero Grobschnitt quiso sorprender con “Solar music Live”, su placa más emblemática e inmortal, que podría hacer pensar que la banda lograba su mayor potencial arriba del escenario, y no dentro de un estudio. Este álbum constituye un extracto de la segunda parte de un show en Mulhiem, Oeste de Alemania, en 1978. Solo las tres partes de la suite “Solar Music forman parte del repertorio previo de la banda, e incluso poseen importantes variaciones respecto de las grabaciones originales. El resto de las composiciones son absolutamente nuevas, y son en esencia extensas improvisaciones ácidas, obscuras y psicodélicas, caracterizadas por extensos pasajes instrumentales y por un evidente protagonismo de la guitarra eléctrica y sus solos. En general, Solar Music Live gustará a quienes disfrutan el rock psicodélico y el space (Pink Floyd, Nektar,) con predominancia de teclado y guitarra (a diferencia de bandas como Eloy y Hawkwind, donde priman los sintetizadores). Creo que esta placa, dada su maestría, amerita un análisis más exhaustivo.

En Solar Music 1, estamos ante un profundo comienzo producto de la comunión de todos los instrumentos. Especialmente destacan los sintetizadores (que ayudan a la ambientación espacial), la épica y carismática voz de Wildschwein y los sonidos bizarros y humorísticos emitidos por el baterista Eroc. Luego, en Food Sicore, la acidez y la psicodelia del krautrock se hacen presentes con una intensidad que estremece. Te sientes como caminando sobre la superficie de un planeta desierto, sin atmósfera, donde miras hacia arriba y solo ves el obscuro e imponente universo delante de ti…después, el inicio de Solar Music II te atrae, y no es posible oponer resistencia…es como si un profundo espiral multicolor te absorbiera lentamente hacia profundidades desconocidas. Los sintetizadores, en conjunción con la guitarra, crean un ambiente denso y penetrante, que aumenta su intensidad de manera gradual e irremediable. Los teclados definen texturas delirantes, que van dando paso a un frenético y ácido interjuego entre la guitarra y la batería. En Mulhem Special, el sonido ya evoca colores fuertes y salvajes, donde un fuego abrasante parece cubrirlo todo. El teclado y el bajo juegan un momento, para dar paso a Danielak y su guitarra que expele bocanadas de fuego en todas direcciones. La batería también tiene momentos de protagonismo, y sus sonidos llegan directamente a tus entrañas…en medio de la canción, una bizarra voz de presentador en medio de una extraña fanfarrea carraspea y habla a sus anchas…luego la guitarra y la batería hacen gala de un frenetismo electrizante, dando paso a la tremenda Otto Panrock, seguida de Golden Mist. En este corte, el bajo se luce al principio, y Ehrig realiza unos arreglos exquisitos con teclados y sintetizador. De pronto, un momento frenético y tremendo, de una fuerza solo dimensionable al oírla, estremece sorpresivamente. Batería, efectos y voz son la fórmula. Unas risas desquiciadas potencian los delirios definidos por el teclado y los efectos electrónicos. Casi al final, un inesperado pasaje sinfónico se superpone al ambiente espacial, donde los tonos mayores tiñen de otros colores el ambiente. En Solar Music III Lo sinfónico/psicodélico se mantiene por algunos momentos, hasta que nuevamente la guitarra y la batería electrizan todo a su alrededor, sumergiendo todo nuevamente en una psicodelia multicolor. La guitarra crea un torbellino que devora la atención y la lucidez, paralizando todo pensamiento. Todo se detiene ante el teclado de Mist, el cual se toma el protagonismo hasta el final de la canción.

Solar Music III



El bonus track The missing 13 minutes constituye una variación de la latina, bailable y ácida “Symphony”, del disco homónimo. Consta de algunos momentos jazz, una guitarra protagónica que recuerda Caravanserai de Santana y un teclado alegre. Con esta base, Wildschwein presenta a los integrantes de la banda, antes de dar paso a Vanishing toward the east… …desapareciendo hacia el este, irremediablemente se cierra el telón. Los asistentes vuelven a la realidad y se levantan de sus asientos. El viaje ha terminado, hasta una próxima ocasión, y guardamos las ganas de oír más y más música solar. Es imposible evitar sentir haber presenciado uno de los conciertos más monumentales del rock progresivo de todos los tiempos.