(Escrito por mí, ojalá les guste...)

Siento clamar en mi interior a un mar de gente
Un inestable zoológico de seres multiformes
Sé que mucho tengo de hombre
Pero también mucho de pez, de gaviota y de serpiente

Puedo ser un tirano o su sirviente
Puedo ser un lobo herido, o una apacible oveja
A veces me siento libre, otras veces tras las rejas
Porque mucho tengo de demonio, pero también de penitente

Cuando mi juez amanera su lenguaje
De la inmundicia aparece el paria de repente
Y sanguinario desliza sus ropajes
Mientras le clava el puñal en la frente

Cuando el burgués hermosea su morada
El libertino, sin previo aviso, se hace presente
Y mientras mea los cuadros y las confortables almohadas
Se ríe a carcajadas, el muy inútil, el impertinente

Si te recibo con los brazos abiertos en mi guarida
Feliz, cálido, abierto y complaciente
A veces todo pierde el sentido, y te veo, tendida
Y te espanto sin piedad, mostrándote los dientes

No hay mucho que explicar, mi espejo miente
No soy esa simple imagen, común y corriente
Esa imagen obtusa que esconde lo evidente
Mientras carga toda esa carne consciente

Soy uno, soy dos, soy muchos
Soy un agitado mar de gente
Soy un caleidoscopio, una ensalada surtida
De odios, amores, de pasado y de presente
De coherencias y sin sentidos, de flores y heridas supurantes
De guerras y matanzas, de rondas y puentes

Ya mucho tiempo me he detenido en este purgatorio
Ya mucho tiempo me he negado, castigado y he sufrido impotente
Y aunque no tengo alas, estoy aprendiendo a volar
Y puedo verme a la distancia mucho más claramente
Veo piezas diversas, deformes, geométricas
Palpitantes, atrevidas, muertas y nacientes
Que se recortan en el azul eterno de un tiempo viscoso
Junto a miles de formas errantes, vagabundas, sufrientes

De pronto temo, vacilo, y caigo de lleno a tierra firme
en lo real, tangible, innegable, consistente...
¡Ya basta, estúpido! Esto es simplemente un juego
No apto para pusilánimes, pequeños y deprimentes

Estira los miembros, expándete, abárcalo todo
Nutrete de olores, sonidos, colores...siente
Abre el saco, echa las piezas, y ahora ríe
Con la risa más eterna, terrible e insolente

Ahora carga todo sobre tu hombro y corre
Riendo de esto, de aquello, de la vida y de la muerte
Hasta que en un momento te conviertas en polvo
En polvo brillante, luminoso y trascendente